Lo que hizo la Selección Ecuatoriana de Fútbol Sub 20 en Polonia será inolvidable, la generación de jugadores que hizo soñar a todo un país, y uno de los protagonistas de ese tercer lugar, Luis Estupiñán, quien dio la vuelta al mundo por haber estado sentado meditando con su medalla mientras lloraba, conversó con Pasión y Gol en Havoline Deportivo.
Después del Mundial tuvo tiempo para pasar con su familia y celebrar lo conseguido: «Cuando llegué a Ecuador tuvo unos días para pasar con mi familia. Ellos estuvieron muy contentos, muy alegres y de igual manera aquí en el club (pertenece a Mushuc Runa y juega en el equipo de reservas)».
Volvió a recordar todo lo que pasó por su cabeza en ese momento tan emotivo que lo hizo dar la vuelta al mundo: «Mis lágrimas eran de alegría, de sufrimiento por todo lo que tuve que pasar. Todo lo que mi papá hizo por mi. Sentado pude recordar tantas cosas que aveces no ponía en práctica», y sobre el abrazo en el profe Jorge Célico, confesó: «Me dijo que llorar de alegría era muy bonito, luego me dijo que vaya a celebrar con mis compañeros».
Así mismo, no fue parte del equipo campeón de Sudamérica, pero eso hizo que lo motive para llegar al mundial: «Lamentablemente no pude estar en el sudamericano, me esperaba la convocatoria, incluso porque hice un buen año, quedé campeón con Mushuc Runa siendo uno de los mejores juveniles. Yo seguí trabajando y apoyando a mis compañeros que fueron allá y gracias a Dios ellos consiguieron el primer lugar, clasificaron al Mundial y gracias a Dios pude estar ahí».
Aprovechó para agradecer a Mushuc Runa pese a no tener espacio: «Agradecido con la institución y al profe Geovanny (Cumbicus) que me dio la confianza, hice las cosas muy bien y por eso seguí jugando en Seria A y algunos partidos de titular. Lastimosamente desde que he llegado del Mundial no he tenido minutos con el equipo de primera, pero toca adaptarse al juego del profe, hacer lo que requiera y hacer las cosa bien».
Además confesó que después de la celebración fue donde el profesor Célico en el hotel: «Fui donde el profe, la hermana quería mi camisa y ahí se la mandé. Obviamente me abrazó y le agradecí por la confianza que me brindó», sentenció.
A partir del minuto 28 puedes ver la entrevista completa en el programa Pasión y Gol:
Comenta aquí