(Guayaquil, 17/03/2020).- La UEFA ha decidido esta mañana aplazar la celebración de la Eurocopa hasta 2021, así como finalizar sus competiciones de clubes, Liga de Campeones, masculina y femenina, y Liga Europa, cuando la pandemia del coronavirus permita su reanudación. Para el aplazamiento de la Eurocopa, la UEFA ha de aprobar esta tarde en su Comité Ejecutivo las medidas y posteriormente pedir permiso a la FIFA, que tiene la potestad sobre el calendario internacional. Antes de la reunión hubo una previa entre la UEFA, la Asociación de Clubes Europeos y (ECA) y las ligas europeas en las que se ha pactado ocupar las fechas que deja la Euro libres para concluir las competiciones internacionales y nacionales, siempre y cuando se haya normalizado la situación actual. La Copa América, que debía celebrarse también en junio, ha sido aplazada igualmente.
La decisión, tomada desde Nyon por el presidente del organismo, el esloveno Alexander Ceferin, mediante una conferencia telemática con las 55 federaciones que lo componen, está encaminada a evitar el descalabro económico que hubiera supuesto la suspensión tanto de la Eurocopa, prevista del 12 de junio al 12 de julio en 12 países diferentes, así como de los torneos aún en disputa. Las nuevas fechas que se manejan son del 11 de junio al 12 de julio de 2021. Para la disputa de la final de la Champions, que estaba prevista para el 30 de mayo, y de la Europa League, programada tres días antes, aún no hay fechas oficiales, aunque la intención de los clubes, aceptada por la UEFA, es que se celebren entre el 24 de junio y la primera semana de julio a más tardar.
La decisión conlleva un torrente de consecuencias no solo deportivas, sino también, fuertemente, económicas. La última Eurocopa celebrada en Francia, en 2016, generó ingresos por valor de 2.000 millones de euros. Los ingresos brutos comerciales de la UEFA Champions League 2018/19, la UEFA Europa League 2018/19 y la Supercopa de la UEFA se estimaron en unos 3.250 millones de euros. Del citado estimado bruto, 295 millones se reservaron para cubrir los gastos de organización relativos a las competiciones, y el 7% (227,5 millones) para los pagos de solidaridad. De los ingresos netos resultantes de 2.730 millones de euros, el 6,5% se reservó para el fútbol europeo y se mantendrá en la UEFA, y el 93,5% restante se distribuyó entre los clubes participantes.
Tanto la UEFA, con unas reservas de unos 574 millones de euros que podrían no ser suficientes, como las federaciones y los clubes contemplaban y contemplan con pánico una hipotética no conclusión de los campeonatos o su no celebración. La falta de cobertura de los seguros ante causas de fuerza mayor, como la actual, que impedirían contar con la totalidad de los ingresos por retransmisión previstos, tiene en jaque al futbol mundial. LaLiga ya ha advertido de que la suspensión definitiva del campeonato le supondría unas pérdidas de 638 millones de euros, en Italia establecen la cifra por encima de los 1000 millones de euros. No es casualidad que los dos organismos que más intereses económicos se juegan este verano, la UEFA con la Eurocopa, y el Comité Olímpico Internacional (COI), con los Juegos de Tokyo, hayan sido los más tardíos en pronunciarse y en tomar medidas. Ambas instituciones han recibido fuertes críticas por su retraso en la toma de decisiones.
Por ser Europa el epicentro de la industria del fútbol, aplazar la Eurocopa, cuya celebración estaba prevista del 12 de junio al 12 de julio en 12 sedes, era el movimiento esperado por todos los estamentos del fútbol mundial para poder empezar a encajar y afinar un calendario que debe ser aprobado por la FIFA. El organismo que rige el fútbol mundial tenía previsto estrenar en junio de 2021, en China, su nuevo formato del Mundial del Clubes. En un principio, su presidente, el suizo Gianni Infantino, pese a las diferencias que mantienen ahora FIFA y UEFA por el control del fútbol de clubes, era partidario a ceder, aunque no sin contraprestaciones en negociaciones futuras. “Las competiciones que se estaban celebrando deben tener prioridad. Deben primar la salud ante la situación que vivimos, la justicia deportiva y los intereses económicos por este orden”, dice un alto ejecutivo de LaLiga.
La cuadratura del calendario es esencial para que el sistema no se desmorone, pero todo está condicionado a la evolución de la pandemia y lo que dicte la Organización Mundial de la Salud. Los problemas que se barruntan para empezar a competir pueden proceder de los distintos tiempos que necesiten los equipos afectados por el virus. Se entiende que unos tardarán más que otros, por lo que la igualdad de condiciones para competir puede verse afectada.
En el aire esta también si las competiciones, tanto las de UEFA como las locales, se tuvieran que extender pasado el 30 de junio, fecha en la que muchos jugadores finalizan contrato y se abre la venta veraniega de fichajes. La FIFA es la autoridad en estas materias y estudia diversas fórmulas para el sistema de transferencias y las finalizaciones contractuales.
Fuente: El País.
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