(Guayaquil, 18/04/2020).- Fue ante el Getafe en el Camp Nou de Barcelona, el 18 de abril de 2007 (hace 13 años), en un encuentro por la Copa del Rey, el día en que Lionel Messi demostró que la genialidad y la maestría no eran ingredientes exclusivos de su compatriota Diego Armando Maradona. El nacido en Rosario anotó un gol muy similar (casi una calca) al de Diego en la Copa del Mundo de México 1986 para comenzar a escribir su propia leyenda.
Barcelona era dirigido en aquel entonces por el neerlandés Frank Rijkaard y en aquella escuadra se encontraban leyendas de la talla de Ronaldinho, Eto´o, Márquez, Puyol, Deco o Víctor Valdés.
Barcelona goleó 5-2 como local y Messi puso la cuota de genialidad cuando, tras llevarse a cinco rivales de manera humillante con su mortífero regate y velocidad, acomodó el balón en las redes para deslumbrar al mundo y erigirse como uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos.
El argentino aún usaba el dorsal 19 (el 10 era propiedad del brasileño Ronaldinho) y apenas se iba ganando la etiqueta de estrella en el club catalán. Todavía faltaba para que la Pulga explotara en su totalidad, pero esa jugada ya era un anticipo de lo que el mundo vería en los siguientes años.
Lo que llamó la atención de aquel gol fue la gran similitud con el de Maradona ante Inglaterra en México 1986 cuando también hizo gala de su manejo de balón llevándose a medio equipo rival hasta colocar el balón en el fondo de las redes. Ambos goles son casi gemelos idénticos si se analizan segundo por segundo. La diferencia notable es que siendo ambos zurdos, Diego definió con su pierna natural mientras que el rosarino lo hizo con la opuesta.
Como sea, ambas son obras de arte…
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