(Guayaquil, 31/05/2020).- Los espectadores volvieron este fin de semana a los estadios de fútbol de Hungría, aunque con restricciones de aforo, en lo que constituye un primer paso importante en el deporte europeo, donde las ligas que se han reanudado lo hacen a puerta cerrada.
La afición se repartirá en el recinto de la siguiente manera: un hincha cada cuatro asientos, con tres lugares libres en medio, y con una fila horizontal de separación.
“Los clubes organizadores de los partidos deben vigilar que se respete el distanciamiento social en las gradas, para garantizar las condiciones del control epidemiológico”, advirtió este jueves en un comunicado la Federación Húngara de Fútbol (MLSZ).
Los hinchas de los equipos modestos del Kaposar y del ZTE, último y penúltimo respectivamente en el campeonato, fueron los primeros en inaugurar este dispositivo para el duelo de sus dos clubes, el viernes en el estadio de Kaposvar, que cuenta habitualmente con capacidad para 7.000 aficionados.
Otros cinco partidos ligueros se jugaron el sábado y el domingo, entre ellos un choque esperado entre el Ferencvaros de Budapest, líder del campeonato, y el Puskas FC, club de la ciudad natal del primer ministro Viktor Orban, gran aficionado al fútbol.
Ese duelo se disputó en el Pancho Arena, un estadio reciente para 3.500 personas situado cerca de la residencia secundaria de Viktor Orban en Felcsut, un pueblo de 1.750 habitantes, situado a unos cuarenta kilómetros de la capital.
La frecuentación de los estadios en Hungría no acostumbra a ser alta, con una media de 3.000 espectadores por partido, si no se cuentan los programados en Budapest.
Hungría, que cuenta con 9,8 millones de habitantes, ha registrado hasta el momento 3.816 casos de infectados por COVID-19 desde el inicio de la pandemia, que ha provocado en el país 509 fallecidos.
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