(Guayaquil, 26/06/2020).- El último mes ha sido muy intenso para lo que tiene que ver con el CrossFit y no por las competencias, sino por una serie de comentarios racistas que hizo, quien era hasta las últimas horas el CEO.
Greg Glassman, se desvinculó definitivamente de su máximo logro deportivo y empresarial, después de toda la polémica que causó uno de sus comentarios en Twitter tras el asesinato de George Floyd.
Glassman se refería a que la real pandemia que asolaba al mundo no tenía que ver con el coronavirus, sino a las protestas contra el racismo que se generaron en todo el mundo en señal de protesta contra el asesinato de Floyd.
A partir de ese comentario, la marca de indumentaria y equipamiento deportivo Reebok, suspendió su contrato con la marca registrada, pese a recaudar 45 millones de dólares al año. Dos semanas después, Glassman comunicó que abandonaba su cargo como CEO de la empresa, dejándole el poder a Dave Castro. Sin embargo esto no sucedió.
Glassman, además de dejar su puesto de CEO, también decidió vender sus acciones. Finalmente, Eric Roza se quedó con la compañía y fue nombrado como CEO de CroosFit.
Roza dio a conocer a través de la cuenta oficial de Instagram de CrossFit el siguiente mensaje, en el cual se desmarcó del antiguo propietario: «Estimada comunidad de CrossFit, desde que descubrí CrossFit hace 10 años, ha cambiado mi vida, y me siento profundamente honrado de tener la oportunidad de guiar a CrossFit a través de su próximo capítulo como CEO y propietario, a final de este mes. Mi punto de vista es simple: el racismo y el sexismo son abominables y no serán tolerados en CrossFit. Abrimos nuestros brazos a todos y trabajaré duro para reconstruir puentes con aquellos cuya confianza hemos perdido. Vengo con profunda humildad y me doy cuenta de que tenemos mucho trabajo por hacer. Estoy comprometido a escuchar, a aprender y a liderar un cambio positivo».
Comenta aquí