(Guayaquil, 22/09/2020).- Unos 800 aficionados del Bayern Múnich devolvieron sus entradas para la Supercopa de Europa, el jueves contra el Sevilla en Budapest, preocupados por el riesgo de contagio del Covid-19, por lo que serán 1.300 los hinchas bávaros que viajarán a la capital húngara.
Por parte del Sevilla, 500 personas compraron entradas, según la UEFA, que puso a la venta 3.000 para cada club.
La instancia europea quiere que la Supercopa sea una primera prueba para el regreso de público a las competiciones europeas, tras la disputa a puerta cerrada de la inédita Final 8 con la que se cerró la Champions del curso pasado en agosto en Lisboa.
Pero la situación sanitaria se agrava, no solo en Hungría, también en España y Alemania, países de los clubes participantes; Bayern de Múnich como campeón de la Champions y Sevilla como ganador de la Liga Europa.
Unos 800 aficionados del Bayern Múnich devolvieron sus entradas para la Supercopa de Europa, el jueves contra el Sevilla en Budapest, preocupados por el riesgo de contagio del Covid-19, por lo que serán 1.300 los hinchas bávaros que viajarán a la capital húngara.
Por parte del Sevilla, 500 personas compraron entradas, según la UEFA, que puso a la venta 3.000 para cada club.
La instancia europea quiere que la Supercopa sea una primera prueba para el regreso de público a las competiciones europeas, tras la disputa a puerta cerrada de la inédita Final 8 con la que se cerró la Champions del curso pasado en agosto en Lisboa.
Pero la situación sanitaria se agrava, no solo en Hungría, también en España y Alemania, países de los clubes participantes; Bayern de Múnich como campeón de la Champions y Sevilla como ganador de la Liga Europa.
La UEFA ha establecido un máximo de 20.000 espectadores en el Puskas Arena, que tiene capacidad para 60.000.
El lunes el jefe del gobierno regional de Baviera, Markus Soder, mostró su preocupación. «Un desplazamiento a una zona de riesgo como la capital húngara no es razonable», añadiendo que todos los aficionados serán puestos en cuarentena a su regreso, incluso si solo pasaron 48 horas en Budapest.
«No podemos arriesgarnos con 2.000 o 3.000 personas que sin duda, es comprensible, se abrazarán. Tendríamos entonces una gran ola de infecciones», añadió.
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