La tarde de este martes, Bayer Leverkusen venció 2-0 al Atlético Madrid y consiguió su primera victoria en esta Champions League.
Como ya intuía Diego Simeone en la víspera, el Bayern Leverkusen no quiso asumir la responsabilidad de llevar el ritmo del partido pese a jugar en su estadio, y el Atlético se dedicó a controlar sin asumir tampoco excesivos riesgos en defensa.
Así, ninguno de los dos equipos gozó de ocasiones claras para marcar en la primera parte y la jugada más destacada fue un centro de Koke que tocó en la mano del defensa burkinés Edmond Tapsoba.
Pese a las protestas de los jugadores colchoneros, el árbitro inglés Michael Oliver no concedió la pena máxima, ayudado por el videarbitraje (m.24).
Con un solo disparo entre palos por cada equipo, no es de extrañar que el resultado al descanso fuera el inicial 0-0.
Simeone retiró de la cancha a Saúl Ñíguez por Rodrigo de Paul para buscar más profundidad ofensiva y lo primero que se encontró el Atlético fue la mejor ocasión del Leverkusen, con un remate del checo Patrick Schick que tras superar al croata Ivo Grbic, que jugó al no estar aún recuperado al 100% de su lesión Jan Oblak, estrelló la pelota en el larguero (48).
Pasada la hora de juego, Simeone se lo jugó todo a una carta dando entrada a Yannick Carrasco y, sobre todo, Antoine Griezmann, muy acertado de cara al gol esta temporada pese a no ser titular por sus problemas contractuales.
Tras estos resultados, el Brujas, próximo rival del equipo español lidera sorprendentemente el grupo B con un pleno de 6 puntos, seguido por Bayer y Atlético con 3 y cierra sin puntuar el Oporto.
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